A la muerte de Fernando VII, María Cristina asume la regencia de Isabel II, durante la minoría de edad de su hija Isabel II.
En 1835, 3 de septiembre, María Cristina dictó un auto de justicia y conveniencia pública, que decía: 'Se establecen en su fuerza y valor y al estado que tenía el día 30 de septiembre de 1823, las ventas de aquellos bienes que habiéndose aplicado al Crédito Público, por efecto de la supresión de las casas de las órdenes monacales y otros institutos religiosos y de la reforma de los demás regulares decretadas por las Cortes y mencionadas por mi augusto esposo en octubre de 1820, fueron enajenados a nombre del estado, y en su virtud se devolverán estos bienes a sus respectivos compradores'.
En 1844, 9 de mayo, en virtud de esta disposición José de Ocio, ya fallecido, fue repuesto en sus posesiones, entregándose a su viuda, doña María y a sus hijos: Francisca, Antonio, Domingo y Teresa, la escritura de compraventa de las fincas del Priorato.
En 1844 José de Ocio es repuesto de sus posesiones, entregándose a su viuda y a sus hijos la escritura de compraventa de las fincas del Priorato el 9 de mayo.
En 1855 el Priorato de San Miguel de Pedroso figura a nombre de la esposa de Antonio, doña Donata de Ocio, vecina de Belorado.
En 1861 la finca se escrituró a nombre de don Antonio de Ocio, posiblemente hijo varón de la pareja.
En 1873 figuran como propietarios otra hija, Teresa, y la viuda, Donata de Ocio.
En 1880 está a nombre de Francisca de Ocio.
En 1890 aparece escriturada a nombre de Antonia del Campo Ocio, hija de Teresa Ocio y Andrés Campo, vecinos de Rodezno.
En 1895 está a nombre de Fernando de Salazar.
En 1895 lo adquieren los hermanos Valentín y Teófilo Sevilla Villar, industriales del textil de Pradoluengo.
En 1913, 10 de abril, los hermanos Sevilla enajenan una tercera parte de la finca, los terrenos conocidos como Coto Redondo, en favor de 46 vecinos, que adquieren las tierras más cercanas al actual pueblo, formando igual número de suertes y fundando en 1920 la Sociedad Huerta del Rey, encargada del molino, sus aguas y demás bienes comunales del antiguo priorato.