El Puente de los Muertos apenas tiene 2 m. de altura y otros 2 de longitud.
Está situado en el centro del pueblo, sobre el cauce del arroyo Valjubí.
Cuando San Miguel y Pedroso pertenecían a municipios distintos cada pueblo tenía su iglesia, pero sólo había un cementerio: el de San Miguel. Así, cuando fallecía un vecino de Pedroso el cortejo fúnebre tenía que cruzar el puente para enterrarlo en San Miguel, pero antes de cruzarlo paraban en el puente y pagaban el peaje, de ahí su nombre.