Este año no había mucha gente en el pueblo y, quizá por el tiempo tan frío, pocos fueron los que se animaron a venir, pero los que estaban celebraron el Jueves de Todos por todo lo alto.
A las 13:00 horas, tal como estaba previsto, los "niños" recorrieron el pueblo de casa en casa pidiendo huevos, chorizo, vino, dinero o lo que los vecinos quisieran dar, a la vez que les cantaban coplillas tradicionales de San Miguel y les invitaban a la merienda-cena.
Los sanmigueleños, que de por sí son generosos, una vez más han respondido con generosidad.
A la tarde se prepararon 10 tortillas, pinchos, la bebida y todo lo que iba saliendo de las cestas y a las 9 de la noche una merienda-cena excepcional, en la que participaron 22 personas. Y después... carnaval, carnaval...
El domingo, con lo que sobró, comida para todos en el ayuntamiento.
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