Este año, como había muy poca gente en el pueblo, nadie daba un duro por la celebración del Jueves de Todos.
Y llegó el sábado, día primaveral, de esos que apetece estar en la calle y pasear, la gente tenía ganas y, entre los que ya estaban y los que llegaron, los "niños" se lanzaron a recorrer las casas pidiendo huevos, chorizo, vino, dinero o lo que los vecinos quisieran dar, a la vez que les cantaban las coplillas tradicionales de San Miguel y les invitaban a merendar.
Los sanmigueleños, que ya de por sí son generosos, esta vez han respondido con más generosidad.
A la tarde la gente se juntó en el horno para ayudar y, mientras unos organizaban las mesas, otros iban preparando las tortillas, pinchos, la bebida y todo lo que salía de las cestas.
A las 8 de la tarde se inició la merienda-cena, en la participaron más de 30 personas, una merienda-cena excepcional, que terminó en carnaval, carnaval..., animado por las chiquis de la 4ª edad. ¡Qué marcha tienen...!, el año que viene más.
Ver álbum de fotos.