A mediados de julio se iniciaron las obras para la reparación del tejado del campanario que, a causa de las humedades, se encontraba en muy mal estado.
Este fin de semana se ha retomado el trabajo y el martes, por fin, ha quedado terminado.
Se ha dado un paso importante, pero hay que tener en cuenta que el resto del edificio con el paso del tiempo se ha ido resintiendo y, aunque no sea urgente ni el momento adecuado, hay que tener en cuenta que a esta iglesia le hacen falta más arreglos.