Este año ha sido el año de las veredas, ha habido hasta cinco.
Para la Asociación Cultural "El Priorato" ésta del almacén ha sido, sin duda, la más importante y ambiciosa en cuanto a tiempo, trabajo, materiales, personas y horas invertidas. Empezó el trabajo a mediados de agosto y se empezó con ganas, sin saber hasta donde se iba llegar.
Primero se hizo una limpieza general de la zona y se sacaron al menos tres remolques y numerosas carretillas de basura y maleza. Después tocó preparar el terreno, encofrar, poner una arqueta, canalizar el agua y rellenar el cajón de 34 m2 de piedras, que los chavales ayudaron a recoger con más ilusión que si se tratase de patatas.
El siguiente paso era echar una solera de 20 cm. y, como no había camión hormigonera con bomba que cubriese la distancia, había que hacerlo a mano, con al menos cinco carretillas, muy tempranito y en dos horas. Al poco de llegar el camión había más del doble de carretillas previstas y un montón de gente que, perfectamente sincronizada, consiguió transportar el hormigón y echar el mallazo en menos tiempo del previsto.
Una vez fraguado el hormigón, había que levantar las paredes y se levantaron; había que deshacer algo, se deshacía y se volvía a hacer sin problemas, la gente siempre estaba dispuesta. Mientras los días iban pasando y antes de finalizarr el mes estaban terminadas las paredes.
Esta época no es la mejor para conseguir ciertos materiales, pero, en cuanto llegaba algo, de nuevo manos a la masa. En septiembre se colocaron las viguetas, a continuación el tejado y en un fin de semana de octubre con unas planchas se hizo la puerta y se colocó.
El almacén prácticamente se ha terminado en dos meses y está disponible. Lo que falta..., para la próxima vereda y, si alguien no sabe lo que es y quiere alucinar, que se pase por San Miguel en plena faena.